sábado, 11 de febrero de 2017

Y SONÓ LA CAMPANA

De repente casi sin saber porque se volvió, ese campaneo lo había escuchado antes sin duda era el mismo sonido, cuantos recuerdos le traían pero no podía dar crédito a lo que escuchaba había pasado tanto tiempo, su mente cansada y desgastada por el paso del tiempo que cruelmente  estaba siendo castigada por esa maldita y tremenda enfermedad que hace que cada vez te sea más difícil identificarte o reconocer tu entorno, personas y seres queridos.   Sus ojos se humedecieron y se le escaparon casi con timidez unas pequeñas gotitas que resbalaron por los surcos que el paso de los años le habían donado a su cara, él siempre había  estado lleno de vida había sido un joven fuerte, un hombre de campo, apasionado de su trabajo siempre había estado bregando con las vacas, aquellas vacas que al moverse hacían sonar aquel maravilloso y celestial sonido al balancear sus cuellos , y ahora sus piernas después de ochenta primaveras apenas lo sostenían en pie si no fuera por la ayuda de aquel bastón que siempre lo acompañaba en sus paseos desde la residencia hasta la plazuela donde solían ir cuando venían a visitarlo alguno de sus hijos o nietos, levanto a duras penas la mano y sus dedos temblorosos tal cual se balancean la rama de un árbol cuando el viento la hace mecerse, señalo hacia el lugar de donde provenía aquel sonido y haciendo un esfuerzo para que sus labios titubeantes dejaran salir las palabras de su boca le grito a su nieto no veo la vaca y sonó la campana, el niño sonriendo le dijo abuelo es un móvil no hay ninguna vaca.

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