lunes, 16 de enero de 2017

OSCURIDAD.

Con  mirada ausente, triste,algo pensativa pero inmersa en sus recuerdos sobre todo en aquellos recuerdos de niñez, hacían que tímidamente casi sin querer se le escapara una diminuta y pequeña sonrisa de sus labios resecos como la tierra que es castigada por el sol y privada de agua, al mismo son que de sus hermosos ojos de color azabache tal como dijera el compañero de platero, se desprendían unas gotas que recorrían sus mejillas, recordaba las manos de su madre acariciándole el pelo y con que suavidad y mimo paseaba el peine por su larga melena negra, en su pensamiento escuchaba la voz de su hermano aunque cuatro años mas pequeño que ella siempre la chinchaba y conseguía robarle el protagonismo,pero cuanto daría ahora por que estuviera allí cuanto los echaba de menos a todos, nunca se habían separado siempre habían sido una familia muy unida, de repente un   grito llamo su atención y de un sobresalto volvió a la realidad, hacia frío no era una noche cualquiera,
una noche cualquiera Reem a sus 14 años estaría en su casa o mejor aun estaría acostada en su cama después de haberse despedido con un beso de su madre y que su padre la hubiera interrogado pero cariñósamente sobre sus deberes y labores escolares, y por su puesto su hermanito que no se iba a la cama sin pedirle el cuento que ella casi a regañadientes al final siempre le leía. Reem estaba empapada, tiritaba la noche era fría y oscura no era una noche cualquiera estaba sola no sabia nada de su familia y los echaba de menos, por fin la larga fila de personas que iban delante se pararon habían llegado al campamento de refugiados donde esperaban poder sobrevivir y olvidar la tragedia de la guerra pero Reem la niña Siria  observaba el cielo y solo veía la OSCURIDAD.


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